Alergia alimentaria en bebés: síntomas y consejos
Alimentar a un niño caprichoso siempre es difícil. Si a eso le agregamos alergias a los alimentos dificultades para digerir ciertos alimentos, la situación se vuelve aún más complicada. Hay una diferencia entre una alergia verdadera, que es un problema médico grave y la intolerancia, que es más que nada una molestia.
Aquí te ofrecemos ayuda para distinguirlas y pautas para controlarlas.
Alergia a los alimentos: síntomas y causas
Las reacciones alérgicas se desencadenan cuando el cuerpo comienza a fabricar anticuerpos contra las proteínas de los alimentos. Una reacción alérgica severa, con dificultades para respirar e incluso colapso y shock, puede ser una emergencia que implica riesgo vital.
Una de mis pacientes era tan sensible que podía tener una reacción severa si el dependiente usaba la misma cuchara con la que servía helado a sus otros clientes, para servirle sorbete a ella. Afortunadamente, la mayoría de las reacciones alérgicas son más leves y los síntomas pueden incluir urticaria y otros sarpullidos con manchas rojas, diarrea, vómitos, nariz que moquea y jadeo.
La leche es la causa más frecuente de reacciones alérgicas en niños pequeños. De cada 100 niños, aproximadamente dos o tres sufren de alergia a la leche de vaca y casi el 95% de ellos la supera al cumplir los 4 años.
En segundo lugar, se encuentran las alergias a los frutos secos (nueces, cacahuetes, etc.), el pescado o mariscos y la clara de huevo. Es poco probable que las reacciones a estos alimentos desaparezcan a medida que tu hijo crece y quizá sean problemas para toda la vida.
Los cacahuetes son otra causa frecuente de reacciones alérgicas. En realidad, no es un tipo de fruto seco, es una leguminosa como los guisantes, de manera que a menudo los niños que son alérgicos al cacahuete no lo son a las almendras, a la nuez de nogal o a otras nueces.
Recuerda que no se debe dar nueces enteras a los niños menores de 4 años porque sus dientes no las pueden triturar bien. Como resultado, es muy fácil que puedan inhalar algunos trozos y se ahoguen o dañen sus pulmones.
Intolerancia a los alimentos: síntomas y causas
La intolerancia a ciertos alimentos es un problema menos grave, pero de todos modos incómodo. El tipo más común es la intolerancia a la lactosa, es decir, la dificultad para digerir el azúcar natural de la leche. Los síntomas son gases, hinchazón y diarrea, que pueden aparecer a los 30 minutos o dos horas después de haber bebido leche. La intolerancia a la lactosa puede comenzar a cualquier edad, pero es más frecuente en niños de más de 4 ó 5 años.
Los niños que sufren de alergias verdaderas generalmente no toleran ni siquiera una pequeña cantidad del alimento que las causa. La intolerancia a la lactosa, por el contrario, no es tan absoluta. A menudo los productos de leche como el yogur o el queso no causan problemas puesto que la lactosa se descompone durante el procesamiento de estos alimentos. Algunos niños pueden beber un poco de leche pero desarrollan síntomas si beben demasiado.
La intolerancia al gluten
La intolerancia al gluten o la incapacidad para digerir una proteína que se encuentra en el trigo, puede ser grave. Considerada como un problema inmunológico heredado del intestino, puede interferir con la absorción de muchas sustancias nutritivas y provocar un crecimiento deficiente y falta de peso, diarrea o constipación e irritabilidad. La intolerancia al gluten puede aparecer poco después de agregar productos de trigo, como cereal o pan, a la dieta del niño.
Qué puedes hacer
Si sospechas que el niño tiene alergia o intolerancia, consulta a tu pediatra.
No hagas un diagnóstico tú mismo, dado que las alergias a los alimentos pueden ser engañosas.
Si el niño tiene alergias importantes, necesitarás informarte a fondo sobre el contenido de los alimentos procesados.
Por ejemplo, el zumo en polvo y la margarina contienen proteína de leche, llamada caseína, y tu hijo debe evitar los alimentos cuyas etiquetas señalen que contienen caseinato de calcio o caseína.
El gluten puede encontrarse en el extracto de vainilla, en la proteína vegetal hidrolizada y en el ketchup.
Probablemente, necesitas consultar un nutricionista pediátrico para asegurarte que tu hijo tenga una dieta totalmente equilibrada y que al mismo tiempo cumpla las restricciones necesarias.
Los niños con intolerancia a la lactosa pueden beber leche y productos lácteos sin lactosa o pueden ingerir tabletas de lactasa para suplir la enzima que les falta.
Asegúrate que el niño ingiera suficiente calcio en otras formas, en caso que no tolere muchos productos lácteos. El zumo de naranja fortificado con calcio, por ejemplo, puede sustituir en parte la leche.
Las personas que cuidan al niño, las maestras de preescolar y los amigos que alimentan a tu hijo deben conocer la existencia de la alergia y qué hacer si se desencadena una reacción alérgica.
Tu pediatra le puede dar una prescripción para un "lápiz" especial que contiene adrenalina inyectable para uso inmediato en caso de una reacción severa.
Mantén estos lápices en diversos lugares, en el automóvil, la casa, la guardería.
Asegúrate que todos sepan cómo usarlos y cámbialos cuando estén caducados.
Estrategias preventivas.
Si las alergias son un mal de familia, tu niño corre mayor riesgo de tener problemas. Amamantar y evitar el trigo, la clara de huevo, los mariscos y los productos de leche de vaca pueden ser útiles hasta que tu niño tenga más de un año. De hecho, amamantar parece proteger en cierta medida contra la alergia a la leche, otra razón para pensar en prolongar la lactancia durante al menos un año, como recomienda la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría).
* Artículo realizado por la Dra. Loraine Stern.
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