Actividades para el desarrollo psicomotor de bebés de 9 a 12 meses

De los 9 a los 12 meses es una etapa ideal para realizar actividades de estimulación, en la que el niño va cogiendo confianza, y consolida o perfecciona el desplazamiento mediante el gateo sobre las manos, con los brazos estirados y sobre las rodillas. Superado el aprendizaje del gateo, de los 9 a 12 meses el desplazamiento empieza a ser más sincronizado, con apoyo sobre las palmas de las manos y las plantas de los pies (como un oso), aunque también puede utilizar otras formas para moverse (sentado o con una pierna encogida).

En este periodo, el niño puede empezar a andar. Puede ponerse de pie, y levanta un pie mientras se apoya con fuerza sobre el otro. Para incitarle a ello, podéis cogerle primero de las dos manos y posteriormente de una. Más adelante podrá apoyarse en los muebles.

También es capaz de coger un objeto pequeño haciendo pinza con el dedo pulgar y el índice.

Cuando se le llama por su nombre, lo reconoce y responde. Repite palabras simples como papá y mamá, mostrando su evolución en el lenguaje hablado.

En esta etapa aparecen las conductas intencionales, es decir, el niño es capaz de coordinar medios y fines. Sus acciones tienen una intención clara, ya que están dirigidas a alcanzar un objetivo y parecen más “inteligentes” que en etapas anteriores. Puede, por ejemplo, apartar un peluche para coger un cochecito. Esta secuencia de medios-fines tiene una importancia vital en el desarrollo del concepto del objeto.

Durante este periodo, el bebé ya puede interpretar indicios de acontecimientos inmediatos que no están directamente ligados a su propia conducta en forma de estímulo-respuesta. Por tanto, es capaz de anticipar que algo del mundo exterior va a ocurrir. Esto le ayuda a empezar a entender que el mundo exterior está ordenado y que él tiene cierto control sobre el mismo.

A diferencia del estadio anterior, a partir de ahora el bebé es capaz de imitar conductas diferentes de sus actividades habituales. Es decir, puede aprender por imitación con sólo mirar lo que hacen los demás. El aprendizaje por observación es una fuente muy importante de progreso intelectual y evolutivo. Además, el bebé puede imitar acciones aunque no se vea o se oiga a sí mismo realizándolas.

A esta edad, el juego empieza a convertirse en una actividad mucho más divertida y lúdica para el bebé. Empieza a disfrutar del “medio” y no sólo del “fin”. Es decir, es capaz de ignorar por qué lleva a cabo una acción para ejercitar el medio por simple placer. Por ejemplo, le gusta estirar una cuerda a la que va unida un juguete, olvidando por qué la estira (para poder coger el juguete).

El juego, igual que la imitación, empieza a convertirse en un instrumento del desarrollo intelectual, constituyendo un elemento imprescindible para el aprendizaje y el desarrollo mental del niño.

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*Información de la última vez que mediste a tu bebé. **Fuente: Organización Mundial de la Salud

Actividades de estimulación de los 9 a los 12 meses

  • En esta etapa, podéis gatear al lado del bebé.

  • Jugad a tirarle la pelota y que os la devuelva.

  • Preparad cazuelas o cajas. Haced que el niño las abra y vea los objetos que hay dentro de ellas. Podéis jugar a sacarlos y volver a introducirlos en el interior.

  • Con el bebé sentado en su cuna, podéis mostrarle un juguete desde fuera, estimulándolo con gestos a que se ponga de pie (ayudándose con los barrotes de la cuna). Una vez lo haya conseguido, dadle el juguete para que lo coja con una mano, incitándole así a que permanezca de pie apoyándose sólo con la otra.

  • Podéis poner juguetes en el suelo de la cuna mientras el niño está de pie, para estimularlo a que se siente y los coja.

  • Poned al niño cerca de una silla y animadle a que se ponga de pie agarrándose a las patas de la misma, mientras uno de vosotros está sentado en ella para evitar que se caiga.

  • Coged al niño de una o ambas manos y hacedle andar acercándolo a un espejo. Podéis hacerle muecas y reíros para que os imite y se reconozca.

  • Coged una pelota y tiradla para que ruede por el suelo e incitad al niño a que la siga dándole la mano.

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