Actividades para el desarrollo psicomotor de bebés de 0 a 3 meses
El bebé viene al mundo dotado de una serie de reflejos, que son movimientos innatos, involuntarios y no intencionados, y que van desapareciendo a lo largo de los 0 a 3 meses de vida para dar paso a movimientos voluntarios, intencionados, adquiridos y realizados de forma consciente. Durante el primer mes de vida, el bebé presenta solamente movimientos reflejos de respiración, de succión y de prensión.
A partir del primer mes, los reflejos que el bebé presentaba desde su nacimiento se van asociando a otros procesos, como mirar, chupar, coger objetos, etc., que espontáneamente repite muchas veces al día. Gracias a esta práctica, los reflejos iniciales se refinan, se perfeccionan y el bebé consigue practicarlos cada vez de forma más voluntaria y con un mayor control.
En esta etapa, es crucial que los reflejos que inicialmente se presentaban de forma simple y aislada se vayan coordinando:
Coordinación visión-audición: ya es capaz de coordinar visión y audición, y ya puede seguir con la mirada un objeto con sonido o identificar la voz humana.
Coordinación succión-prensión: desarrolla la habilidad de llevarse a la boca todo lo que puede coger y de chuparse la mano.
Coordinación visión-prensión: es capaz de localizar visualmente objetos, cogerlos, y acercarlos para poder verlos mejor. Esta evolución de la coordinación entre el ojo y la mano es muy importante, pues se convertirá en un medio fundamental en la exploración y el conocimiento del entorno.
Durante el primer mes de vida, tumbado boca arriba, el recién nacido puede girar la cabecita hacia un lado, y además es capaz de localizar un ruido y diferenciar la voz humana. A partir de la semana de vida, reconoce la voz de sus padres. Con la mirada también es capaz de seguir un objeto o una cara en un ángulo de 45º. A los 3 meses, ya lo puede seguir en un ángulo de 180º. En este periodo, el bebé tiene preferencia por la cara humana e inicia la sonrisa como resultado de una sensación de bienestar.
Hacia los 3 meses aparece la sonrisa intencionada del bebé, la sonrisa social. Como respuesta positiva a la cara del padre o de la madre y a los estímulos que recibe, el bebé empieza a emitir sonidos guturales. Estos sonidos son los precursores del habla.
Actividades de estimulación de los 0 a los 3 meses
El desarrollo motor y el de la inteligencia van muy unidos, especialmente en las primeras etapas de la vida. Por ello, la estimulación del bebé en este periodo es aún muy general.
En esta etapa podéis estimular al bebé favoreciendo la lactancia materna. Con ella, ayudáis a potenciar los sentidos que el bebé tiene más desarrollados, como el gusto, el tacto, el oído y el olfato. Cuando la madre amamanta al bebé, lo tiene piel con piel. Es muy positivo envolver este momento en una atmósfera agradable y cálida, y acariciar, besar y hablar al bebé.
Si el bebé no es amamantado y sigue una alimentación con biberón, se puede establecer el vínculo de la misma manera, piel con piel, creando un entorno cálido y agradable en el que puede intervenir el otro progenitor. No temáis tener a vuestro hijo en brazos durante mucho rato. Pensad que él ha pasado 9 meses en contacto permanente con la madre y que necesita este contacto, le da seguridad. A medida que vaya creciendo, será más autónomo, siendo esta seguridad inicial que le habéis proporcionado clave para que pueda descubrir el mundo sin necesidad de estar en contacto permanente con vosotros.
Después del baño podéis hacer masajes al bebé, cosquillas y pedorretas. Además de ayudar a desarrollar el sentido del tacto, favorecéis que mueva piernas y brazos como respuesta a lo que se le hace y que vaya incrementando su fuerza y mejorando la coordinación de sus miembros. Hacer cosquillas en las plantas de los pies o en las palmas de las manos favorecerá también su movimiento.
A partir del segundo mes, un bebé tumbado boca abajo ya es capaz de levantar la cabeza 45º y girarla hacia donde haya oído un sonido. Para estimular esta acción, la madre o el padre podéis tumbaros frente al bebé y mirarle, sonreírle o hablarle.
Durante este periodo, además de girar la cabeza buscando un sonido, el bebé también puede fijar la mirada y seguir un objeto en un ángulo de 180º. Para estimular esto, se puede hacer sonar un sonajero y hacer que el niño siga su ruido. También podéis cantar o hablarle mientras os desplazáis dentro de su campo visual para que os siga con la mirada, o hacerlo también con un muñeco de trapo.
DEESCUBRE MÁS SOBRE Recién nacido
Regístrate en Dodot y consigue: